Siempre hemos oído hablar de que el Cociente Intelectual (IQ) es un indicador para saber si una persona será exitosa en la vida. Se hablaba de que la puntuación del test de inteligencia establecía una fuerte relación con el desempeño académico y el éxito profesional. No obstante, a día de hoy, sabemos que esto nos ofrece una imagen sesgada e incompleta de la realidad. Hace ya unas décadas que investigadores y corporaciones empezaron a detectar que las habilidades necesarias para tener éxito iban más allá que el uso de la lógica y la racionalidad y no se podían medir mediante un test de inteligencia.
Los seres humanos somos especies sociales por naturaleza y disponemos de una rica faceta emocional que nos permite expresar estados internos de diversas maneras. Este tipo de información que no puede ser plasmada muchas veces en palabras o números, nos permite responder a las exigencias del día a día viviendo en sociedad.
Las emociones juegan un papel vital en nuestro día a día, ya que influyen directamente en nuestras decisiones, a veces sin darnos cuenta: ¿estás en tu actual puesto de trabajo exclusivamente porque te ofrecen el mejor salario?, ¿has elegido a tu pareja y/o a tus amigos porque objetivamente era la mejor opción?
Además, las emociones poseen tres funciones: la adaptativa, la social comunicativa y la motivacional. Gracias a ellas podemos adaptarnos y reaccionar ante cualquier situación.
Debido a la gran importancia de las emociones en nuestra cotidianidad, es importante introducir un tema que ha adquirido especial importancia en las organizaciones, la denominada inteligencia emocional.
¿Qué es la Inteligencia Emocional?
Daniel Goleman, psicólogo norteamericano, fue quien dio a conocer el término inteligencia emocional en el año 1995. Goleman lo define como “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”.
La inteligencia emocional es un constructo que nos habla de cómo podemos influir de un modo adaptativo e inteligente en nuestras emociones y en nuestra interpretación de los estados emocionales de las personas que nos rodean. Tiene un papel fundamental en nuestra manera de socializar y en las estrategias de adaptación al medio que seguimos.
¿Por qué las empresas lo valoran cada vez más?
Las transformaciones en la cultura organizacional impulsan a los empleados a relacionarse con un mundo diverso de seres humanos donde resulta de gran importancia identificar y comprender las propias emociones y las de los demás.
Numerosos estudios han demostrado que es una de las competencias fundamentales a la hora de conseguir el éxito profesional. Goleman en su libro ya decía que: “en el mejor de los casos, el CI parece aportar tan sólo un 20% de los factores determinantes del éxito”.
Las organizaciones no buscan personas que estén únicamente preparadas en lo técnico sino que cada vez más se buscan competencias como empatía, adaptación al cambio, resolución de conflictos, asertividad o regulación emocional, entre otras.
La inteligencia emocional ejerce una influencia en diferentes variables de la organización, generando una serie de beneficios, como por ejemplo:
- Estabilidad de los empleados. Cuanto mayor inteligencia emocional menor rotación en una empresa, ya que los empleados se sienten mejor. Por ejemplo, un determinante importante es la relación con los jefes y una de las variables más valoradas en un jefe es la habilidad de darse cuenta de cómo se sienten sus empleados en su situación laboral e intervenir con eficacia cuando están desanimados o insatisfechos.
- Satisfacción laboral. Cuando el trabajador siente que sus emociones y capacidades son tenidas en cuenta se genera una mayor satisfacción. Además, las personas con inteligencia emocional muestran habilidades para gestionar el estrés, para tomar decisiones o para expresar sus deseos. Todo ello lleva a una mejora en el bienestar psicológico y a sentirse más satisfecho con su puesto de trabajo.
- Mayor productividad. El bienestar psicológico y laboral comentado anteriormente provoca una mejora en el rendimiento laboral y, por tanto, en la productividad.
- Aumento de ventas. La Revista Fortune, demostró que los vendedores con un rango de inteligencia emocional elevado lograban vender hasta un 50 % más que aquellos que no la poseían.
¿Qué es necesario para desarrollar la inteligencia emocional?
Goleman enumera cinco dimensiones básicas necesarias para desarrollar esta inteligencia:
- Autoconciencia emocional: capacidad para identificar y gestionar las propias emociones.
- Autorregulación: habilidad para manejar los sentimientos con la finalidad de controlarlos y expresarlos de manera adecuada. Por ejemplo, saber canalizar la ira o la irritabilidad y no expresarlo de manera inapropiada es indispensable para las relaciones interpersonales.
- Automotivación: capacidad para fijarse objetivos y enfocar en ellos las emociones para que se mantenga viva la motivación ya que la atención se centra en ese objetivo final y no en los obstáculos que se presentan. Además, en este punto no puede faltar el optimismo y la iniciativa pese a que haya imprevistos.
- Empatía: capacidad de percibir las emociones de los demás y de ponerse en su lugar con la finalidad de comprender cómo se siente. Las personas capaces de detectar cómo se sienten otras personas, establecen relaciones más estrechas. En la empresa, los que experimentan la empatía son los que tienen mayores habilidades y competencias de la inteligencia emocional.
- Habilidades sociales: capacidad para interactuar con otras personas de manera efectiva y asertiva. Es sinónimo de buena relación con los demás, lo que en muchos casos es imprescindible para una buena práctica laboral, ya que estas habilidades son los cimientos del liderazgo, la popularidad y la eficiencia interpersonal.
En conclusión, la inteligencia emocional te permite conocer, identificar, manejar y expresar tus emociones de forma adecuada y reconocer las de los demás, sintiéndote así más satisfecho y mejorando las interacciones sociales. Esto tiene beneficios tanto en el ámbito personal como en el laboral.
Si crees que debes trabajar en tu inteligencia emocional o tienes ganas de mejorar, no dudes en contactar con nosotros. En Mentevita te proporcionaremos todas las herramientas para que puedas potenciar tus habilidades y tu gestión emocional.
