El trabajo es una de las principales obligaciones que tenemos en la vida. Encontramos diferentes situaciones personales entorno al trabajo. Personas a las que les apasiona su trabajo, otras a las que no les gusta, empleados que se sienten más o menos cómodos en su puesto de trabajo, siendo en general la base para poder una buena economía y vivir en buenas condiciones. Además de tener mayor o menor gusto por tu puesto de trabajo en concreto, también encontramos personas más trabajadoras que otras.
Se puede decir que los empleados que son más trabajadores y que se esfuerzan más en el día a día son los mejores. Sin embargo, en este sentido es necesario marcar unos límites, ya que hay un momento en el que el exceso de implicación por parte de un empleado puede llegar a ser negativo. Nos estamos refiriendo a la adicción al trabajo.
¿Cuándo una persona es adicta al trabajo?
Trabajar mucho y estar comprometido es muy positivo. Encontramos una adicción al trabajo cuando este tipo de personas van más allá, llevando el trabajo a todos los extremos. Estamos hablando de personas que anteponen el trabajo por encima de todo lo demás (relaciones personales, salud y otras actividades), tienen necesidad de estar trabajando siempre y a gran intensidad.
Esto implica que hagan horas extra con frecuencia y estén siempre pendientes de todo lo que ocurre en relación con su trabajo y el de sus compañeros. Sienten la necesidad de tener que hacerlo todo ellos mismos y nunca llegan a estar conformes con todo lo que hacen, sino que siente que tienen que dar todavía más.
Los peligros de la adicción al trabajo
La adicción al trabajo acaba teniendo consecuencias negativas en aquellas personas que sienten esa obsesión tan fuerte por su trabajo y prácticamente solo dedican su tiempo a ello.
En primer lugar, encontramos problemas en las relaciones personales. La gran cantidad de horas que se dedican a trabajar ya sea en la oficina o en casa, hace que se descuide a la familia o amigos. A largo plazo, esto puede acabar provocando cierto descontento por parte de aquellos que le rodean, pudiendo incluso acabar con diferentes relaciones personales.
Por otra parte, supone un riesgo también para la salud personal. Y es que el alto ritmo de trabajo y la necesidad de trabajar más y más y controlar que todo sale bien puede provocar diferentes problemas de salud. Los más comunes son la ansiedad y las enfermedades cardiovasculares. También es habitual sufrir diferentes problemas musculares.
¿Cómo acabar con la adicción al trabajo?
Una vez diagnosticada la adicción al trabajo es posible tratarla de tal forma que la persona pueda llevar una vida laboral más razonable y compaginarla con el resto de las actividades. Para ello, es importante contar con ayuda profesional. Acudir a un psicólogo nos va a ayudar a tratar esa adicción al trabajo.
En Mentevita somos psicólogos especializados en problemas laborales. Si eres adicto al trabajo, contacta con nosotros y te ayudaremos a tratarlo para mejorar tu calidad de vida.