¿Te sientes sobrepasado en el trabajo? ¿Te muestras como una persona que puede con todo? ¿Pones el trabajo por delante de tu bienestar?
A menudo recibimos en consulta a personas con niveles de estrés, de ansiedad y de malestar muy elevados debido a que se sienten sobrepasadas en su puesto de trabajo. Una de las causas más habituales de llegar a esta situación es la incapacidad para poner límites saludables, que no deberían saltarse si queremos cuidar de nuestra salud, tanto psicológica como física.
Establecer límites también nos permite expresarnos y nos ayuda a cuidar nuestras relaciones con compañeros, jefes, empresa y, sobre todo, con uno mismo. Además, los límites hacen que seamos más eficientes y productivos y que tengamos una experiencia más positiva y agradable en el trabajo.
¿Qué significa poner límites y por qué puede costar tanto?
Poner límites es establecer y mantener líneas con uno mismo y con los demás que no deben ser cruzadas. Es poder respetar nuestros derechos, necesidades y deseos y transmitirlo de forma clara y firme, respetando también los del resto de las personas.
Aunque pueda parecer fácil, poner límites no es una tarea sencilla para muchas personas. La capacidad para poner límites tiene mucho que ver con nuestra educación, nuestro entorno, cultura, género; nuestras experiencias de vida, como las relaciones que vamos creando con los demás y, con otras variables psicológicas, como la autoestima, la gestión de las emociones, la autoexigencia, el miedo al rechazo…
Por ejemplo, si desde pequeños hemos aprendido a estar al servicio de los demás, a no escuchar nuestras propias necesidades, a mantenernos en un segundo plano, a que debo poder con todo, a que si no estoy siempre disponible para los demás soy egoísta o mala persona… nos va a costar poner límites. Lo mismo pasa en algunas culturas organizacionales, donde tratan de inculcar que lo correcto es trabajar por encima de las necesidades de las personas y donde no se respetan los horarios establecidos o se exige una carga de trabajo desmesurada, entre otras cosas.
Para poder poner límites necesitamos aceptarnos, valorarnos y ser conscientes de nuestras limitaciones y así poder permanecer firmes en nuestras propias opiniones y respetar a los demás.
Además, no se debe asociar con ser egoísta o castigar a una persona. Si ponemos límites desde el respeto y el amor hacia los demás, siempre será positivo para ambas partes. Si no lo hacemos, puede que al final haya una explosión y transmitamos las cosas de una forma agresiva en vez de asertiva.
Otra causa de la dificultad para poner límites en el entorno laboral es el miedo a que nos despidan o miedo a no ser suficientemente “buenos trabajadores”. Pensamos que asumiendo más de lo que realmente podemos afrontar, tendremos una mejor reputación en el equipo. No obstante, esto nos lleva a situaciones límite que, en más de una ocasión, derivan en bajas laborales.
¿Qué consecuencias tiene no poner límites?
Cuando no ponemos límites es probable que tengamos emociones de rabia, ira o tristeza, sensación de descontrol, dificultades para tomar decisiones o dificultades para escuchar nuestras necesidades. Además, puede que perdamos oportunidades importantes y que dejemos de priorizar lo que verdaderamente consideramos que tiene valor en nuestra vida.
En el ámbito laboral también nos hace ser menos productivos y perder la motivación y las ganas. Además, se generan situaciones de conflicto con compañeros y se pierde laposibilidad de generar relaciones saludables con los compañeros.
Si no respetamos nuestro tiempo, nuestras ideas, nuestro espacio, nuestras necesidades o nuestros deseos es probable que acabemos sobrecargados y puede haber riesgo de experimentar estrés crónico, trastornos de ansiedad, trastornos de depresión, burnout, falta de autoestima…
¿Cómo puedo poner límites en el trabajo?
Por todo lo que hemos comentado anteriormente, aprender a poner límites es una tarea imprescindible para encontrarnos bien en nuestro trabajo.
Algunos límites que se deberían poner en el trabajo son: levantar la mano cuando estés teniendo una sobrecarga de trabajo, delegar tareas en compañeros, aprender a desconectar en tu tiempo libre, limitarte a trabajar en tu horario laboral, evitar que te contacten fines de semana o festivos, decir que no…
A continuación, indicamos algunos consejos para poder llevarlo a cabo:
- Comprende que eres válido por quién eres y no por lo que produces. Cuando sentimos que no somos suficientes por quién somos, podemos tratar de compensarlo de distintas maneras. Por ejemplo, trabajar más horas y estar disponible y dispuesto a asumirlo todo. Sin embargo, trabajar por encima de nuestras posibilidades hace que nuestro cuerpo lleve un ritmo que a largo plazo es insostenible y puede llevarnos al agotamiento físico y mental. Para ello es importante que trabajes la autoestima y las emociones de culpa o miedo al rechazo.
- Identifica tus necesidades y dónde necesitas poner límites. Piensa con qué aspectos no te sientes cómodo a nivel laboral y pregúntate si tu forma de trabajar está yendo en congruencia con tus valores o si hay algo que te parezca invasivo o injusto.
- Aprende a comunicarte de manera clara y asertiva. A veces, comunicamos nuestras necesidades de manera insegura, disculpándonos o minimizando su importancia, o, por el contrario, lo comunicamos de una forma agresiva. Hay que comunicarse de forma asertiva, es decir, respetando a los demás y sin culpar ni criticar, pero siendo claros, firmes y directos.
- Sé coherente y consecuente con los límites que marcas. No vale decir esto no puedo hacerlo y que cuando nadie más se ofrece a sacar ese proyecto adelante, recules y acabes haciendo ese trabajo.
Aprender a establecer límites es muy complicado, ya que como hemos comentado anteriormente, está muy unido a otros aspectos psicológicos, como la autoestima, el miedo, la culpa… Además, nuestra cultura laboral no favorece que el empleado establezca sus propios límites.
Si consideras que para ti es muy complicado establecer límites en el trabajo o en otros aspectos de tu vida te recomendamos que pidas ayuda psicológica para que pueda acompañarte en este camino, identificando por qué está siendo difícil para ti y ayudándote a generar herramientas asertivas.
Si sientes que necesitas ayuda, no dudes en contactar con nosotros. Estaremos encantados de estudiar tu caso de forma personalizada para brindarte las herramientas y ayudarte a desarrollar las habilidades necesarias para mejorar tu bienestar psicológico y emocional.