Durante muchos años, las metas de las organizaciones han estado focalizadas en la productividad y rentabilidad, sin tener en cuenta variables como la salud psicológica de los empleados. Hoy en día, pasamos tantas horas en el trabajo que se ha convertido imprescindible medir el bienestar de los empleados durante la jornada laboral y existen investigaciones relevantes que demuestran que aspectos como el estilo de liderazgo pueden influir sobre la eficacia de la organización, ya que repercute sobre el clima, la productividad y los resultados.
El tipo de liderazgo tiene un rol principal en el mundo de las organizaciones, ya que puede promover el bienestar y la salud laboral, a nivel individual y colectivo. Es así como surge el liderazgo positivo, que está vinculado al modo en cómo los líderes estimulan y mantienen los niveles de rendimiento en sus colaboradores, fomentando comportamientos virtuosos apoyados en la felicidad. Un líder será positivo cuando persiga impulsar acciones que repercutan en un buen clima laboral.
Cabe destacar, que las empresas enmarcadas bajo esquemas saludables permiten combinar una serie de factores que propulsan la excelencia, fusionando ambientes laborales agradables, fortalecimiento relaciones psicosociales, salud mental y física, apertura de vías comunicacionales y responsabilidad social; sin descuidar la misión y visión organizativa.
¿Qué es el liderazgo positivo y qué beneficios tiene?
Kim Cameron, experto mundial en Organizaciones Saludables y Positivas, definió el liderazgo positivo como “las prácticas positivas en las organizaciones que producen cambios deseables en la eficacia organizativa”.
Señala Cameron (2013), que su fundamento se encuentra en la aplicación de principios de conducta que emergen de disciplinas como la psicología positiva y la psicología organizacional positiva y plantea que el liderazgo positivo tiene tres componentes básicos:
- Posiciona el centro de interés en aquellas fortalezas y habilidades de las personas que reafirman su potencial humano
- Facilita un rendimiento individual y organizacional por encima del promedio, mejorando los resultados
- Su campo de actuación se concentra en aquellos componentes que pueden concebirse como virtudes esenciales de la condición humana
Un líder positivo no debe enfocarse exclusivamente en los resultados, sino que debe tener la capacidad de combinar trabajo y emociones, sin perder de vista los objetivos empresariales establecidos, pero tampoco el bienestar de sus equipos.
Es importante que los empleados se sientan como parte de un todo global donde se les escucha, se les tiene en cuenta y se les valora, dándoles una retroalimentación sobre sus fortalezas y no sólo sobre sus debilidades, ya que de esta forma aumenta el compromiso y la motivación y, por lo tanto, la productividad.
¿Cómo ser un líder positivo?
Un líder positivo debe conseguir que los trabajadores se impliquen, sacando lo mejor de cada uno de ellos. Algunas características importantes son:
- Ofrecer siempre un feedback de los puntos fuertes y enfocar las áreas de mejora como una posibilidad para aprender y crecer y no como un castigo
- Saber dar las gracias por su trabajo y esfuerzo
- Escuchar activamente, dando importancia a las ideas del equipo y fomentando su creatividad. Según Lacera, «la principal característica de un buen líder es escuchar. Aunque parece sencillo, a veces es la acción más complicada porque requiere tiempo, atención, consideración y una respuesta. Si todos fuéramos capaces de escuchar más, tendríamos que hablar menos porque nos entenderíamos antes»
- Ser positivo y motivar a los miembros del equipo, demostrando la capacidad de persistir en la consecución de los objetivos de una manera positiva mostrando entusiasmo a pesar de las dificultades
- Comunicar de forma transparente. La comunicación es fundamental para las buenas relaciones laborales y es importante que los trabajadores sientan que están informados de los aspectos relevantes que inciden en su trabajo con transparencia y naturalidad
- Delegar adecuadamente. Un líder debe empoderar a su equipo en la asunción de tareas y esto implica dotarles de las herramientas, conocimientos y autoridad necesarias para que puedan asumir las tareas de la mejor manera
- Ser empático y asertivo, mostrando la capacidad de ponerse en el lugar de los distintos miembros de su equipo y manteniendo siempre una actitud transparente y constructiva en la relación con ellos, especialmente en el abordaje de conflictos
- Autorregular las emociones sin que afecten a los miembros del equipo. Todos podemos estar pasando un mal momento o tener un mal día y no pasa nada por comunicarlo de forma asertiva, pero es importante regular nuestras propias emociones para
- “no pagarlo” con los miembros del equipo
- Fijar el rumbo. Un líder debe marcar claramente los objetivos que hay que alcanzar y las acciones para alcanzarlos
Si sientes que necesitas mejorar en alguno de estos puntos como líder, en Mentevita ponemos a tu disposición nuestro equipo de psicólogos laborales. Ponte en contacto con nosotros para resolver todas tus dudas, estaremos encantados de poder ayudarte. Además, puedes consultar nuestros cursos sobre liderazgo positivo o cómo mejorar la salud psicológica y bienestar laboral dentro de las empresas.