En los momentos actuales y con la vista puesta en el futuro, la sociedad necesita empresarios resilientes que sean capaces de sostener la incertidumbre y de encarar la dureza de la actualidad como un reto del que aprender y salir fortalecidos.
Hace poco, un buen amigo empresario me consultó acerca de su angustia por el futuro, su temor por la viabilidad de su negocio y su responsabilidad para con sus trabajadores. Juntos, vimos la importancia del manejo de su inseguridad y cómo la gestión de su salud psicológica tiene un impacto significativo sobre sus colaboradores y por tanto, sobre el rendimiento de su empresa. No es inusual que mis colegas empresarios sean verdaderos maestros en la gestión de sus organizaciones pero no le han dedicado a penas tiempo al adecuado manejo de sus emociones.
Cuando un imprevisto llega a nuestro presente y modifica así la idea que teníamos del futuro suelen aparecer una serie de emociones, en ocasiones, displacenteras. Esas emociones, como el temor o la preocupación, pueden ser adaptativas si nos ayudan a ponernos en acción para orientar nuestro presente a la superación del imprevisto. Sin embargo, en ocasiones, esas emociones se apoderan de nosotros, nos paralizan y nos anclan en el miedo que le tenemos a los acontecimientos del futuro.
¿Qué podría hacer mi amigo con sus emociones para que le sirvan como motor de cambio y no como un lastre? ¿Cómo debe gestionar el empresario sus emociones para que no impacten negativamente en el funcionamiento de su organización? A continuación, veremos algunas claves para hacer un adecuado manejo de la incertidumbre pero, como siempre decimos en Mentevita, tu salud psicológica también es lo primero, así que dedícale un tiempo para cuidarla.
- Regula tus emociones. Si de un tiempo a esta parte no te sientes bien sería bueno que pudieses identificar qué emociones son las que están resonando en tu mente. Para ello puede ser bueno hablar con alguien ajeno al trabajo y que te ayude a comprender de dónde vienen esas emociones.
- Busca información esperanzadora. No te estanques demasiado tiempo en recrearte con toda la información catastrofista que circula por los medios. Desdramatiza la situación actual dedicándole un tiempo cada día a la búsqueda de sucesos y acontecimientos positivos que estén ocurriendo. Cada día pasan infinidad de cosas en el mundo, muchas de ellas son una llamada a la esperanza.
- Involucra a tus equipos. Es muy probable que los miembros de tus equipos también estén experimentando emociones similares. Dedícale un tiempo a preocuparte por el estado emocional de tus colaboradores, seguramente también ellos se sientan angustiados y temerosos, y ofréceles tu ayuda. La información nos aporta sensación de seguridad, por tanto, mantén a tus colaboradores informados sobre el rumbo de los acontecimientos, las decisiones que se toman y las motivaciones de las mismas. En la medida de lo posible, involucra a tus trabajadores en la búsqueda de soluciones, esto les hará sentirse participes de la solución, lo cual también les aportará sensación de control. El control y la seguridad minimizan emociones como la angustia o el temor. Además, de esta manera tú también te sentirás acompañado.
- Márcate pequeñas metas en el presente inmediato. Marcarnos grandes metas, en muchas ocasiones nos paraliza ya que dedicamos demasiado tiempo a trazar el plan para alcanzarlas. Proponte pequeñas metas que sean asequibles en el corto plazo, que ofrezcan resultados positivos que, aunque pequeños, son motivadores y llaman a la esperanza. La idea es que esas pequeñas metas del presente te vayan acercando poco a poco hacia el futuro deseado.
- Que el futuro no te encorsete. Es bueno tener un plan para el futuro. Sin embargo, los planes de futuro en ocasiones vuelven más rígida la toma de decisiones y pueden hacer que nos paralicemos. Flexibiliza el futuro de la compañía y quizá aparezcan soluciones diferentes no contempladas con anterioridad.
- Trasmite confianza y sosiego, no temeridad. A través de un liderazgo positivo, que tus colaboradores vean que aunque eres consciente de la crudeza de la situación estás centrado en la búsqueda de soluciones y estás orientado hacia la acción. Un líder ansioso frecuentemente es seguido por equipos temerosos.
- Toma decisiones, aunque te equivoques. Que el análisis de la situación no te paralice. Toma decisiones, aunque no estés plenamente convencido de que sean las correctas. A partir del error también se crece. Aprovecha esta difícil situación para extraer aprendizajes para el futuro, eso es parte de la resiliencia.
Frecuentemente, al empresario se le presupone una gran fortaleza emocional. Sin embargo, no dejan de ser personas que en momentos como el actual necesitan acompañamiento para poder sostener la gran carga emocional que conllevan sus responsabilidades. Asumir que puedes necesitar ayuda, lejos de significar debilidad, es uno de los mayores signos de fortaleza. Ahora más que nunca, dedícale un tiempo al cuidado de tu salud psicológica.